Despedida

Hoy quiero decir adiós a una persona que conocí en un frío día de invierno, en los años 80 al comienzo de una reunión de trabajo en la Ciudad Universitaria de Madrid,no imaginaba lo que ese momento me haría vivir: su amistad.
Cuando le conocí ya el corazón le había dado un toque de atención que le había apartado del ejercicio principal de su profesión aunque le quedó la parte didáctica.
Se volcó en otras actividades, Que durante años le hicieron ser una persona importante en un sector de la vida Pública de España .
Era un hombre integro, enamorado desde niño de su mujer, amante de su familia y de sus hijos.
Esté fue mi amigo y hoy:
Digo adiós a su sonrisa y a su risa franca
Digo adiós a los escapadas a la sierra de Madrid “para que no se me olvidara” lo bonita que era , casi siempre acompañadas de una buena comida en uno de los innumerables sitios que el conocía.
Digo adiós a ratos de charla en su despacho
Digo adiós a los antros que me llevaba a conocer, para asombrarme.
Digo adiós a escuchar su forma de ver la vida.
Digo adiós a los asados de cordero en el horno del jardín de su casa
Digo adiós a la agudeza constante en su conversación
Digo adiós a esos saltos que daba a Málaga por que tenia que contarme algo
Digo adiós a su pregunta ¿Cómo esta el Nipón?
Digo adiós a las picardías que decía y siempre suavizaba con “decía mi abuelo” y que a mí tanto me hacían reír
Digo adiós a los encuentros rápidos en mi subir y bajar por la península, que unos kilómetros antes siempre le avisaba .
Dido adiós a momentos que guardo en mi corazón
Digo adiós al señor del “pelo blanco”
Digo adiós
A mi amigo Manolo.